Actualmente tengo 35 años, A los 29 años viví una separación matrimonial, lo cual, me llevo a cambiarme de casa y trabajo. Todo esto me produjo una depresión, la cual, no tome en cuenta. Al poco tiempo comencé a sentir mucho dolor muscular en hombros y cuello. Fui al médico, el cual me receto medicamentos para el dolor y relajante muscular una vez que complete el tratamiento mi condición no solo seguía igual, sino que, empeoraba.
Con el tiempo mi situación de salud se hacía más crítica, ya que, comencé a sentir hormigueo en las manos y pérdida de fuerza. También se extendió hacia mi espalda, zona lumbar, caderas y rodillas. Recorrí muchos hospitales y muchos médicos y con ellos me sometí a los más variados diagnósticos y tratamientos con escasos resultados.
Muchos médicos me dijeron que tenía que acostumbrarme a vivir con el dolor y que terminaría en silla de ruedas. Diagnostico fatal para una persona joven y dinámica como era antes.
Paralelamente con los tratamientos formales, empecé a visitar diversas opciones en la medicina alternativa. Probé con Reiki, magnetoterapia, apiterapia, acupuntura, etc. Con la convicción de que esta enfermedad no me la ganaría. Los resultados con las anteriores también eran mejorías leves.
Este año (2014) llegue en estado crítico a probar con la técnica de Sanación Evolutiva (técnica creada por Guillermo Delgado).
Después de preguntarme por mis diagnósticos oficiales. Me dijo de inmediato que yo tenía fibromialgia y comenzó a presionar diversas partes de mi cuerpo, donde encontró dolores sin excepción.
Me explico algunas situaciones respecto a mi enfermedad y sus características y me recomendó comenzar por mi cuello por considerarlo el epicentro de nuestra parte superior.
Cada sesión era un avance de alivio y también una puerta de esperanza. Me dio confianza y me sugirió perseverar, advirtiéndome que era un proceso relativamente largo.
Con solo la presión de sus manos comencé a sentir como se desinflamaban las diversas partes de mi cuerpo y mis músculos comenzaban a ceder. Me recomendó una serie de ejercicios suaves como complemento de la terapia, los cuales, aplique al pie de la letra, sintiendo cada vez más, como mi cuerpo comenzaba a revivir.
Aparte de la eliminación del dolor, también me ayudo a recuperar mi capacidad de respiración, la cual, se había inhibido por el dolor y me hacía respirar dificultosamente.
Sentía que mi cuerpo estaba totalmente descentrado (por decirlo de alguna forma). Las caderas me dolían mucho y también mi piso pélvico. Hoy he vuelto a sentir que mi cuerpo funciona de una manera normal.
El cambio en mi vida ha sido total. He recuperado la movilidad de mi cuerpo y la fuerza muscular. Hoy realizo cotidianamente mis rutinas de ejercicios y me siento plena. Me ha devuelto la confianza y la seguridad y siento que puedo hacer una vida normal.
Puedo dar Fe de que la Técnica “Sanación Evolutiva”, es muy eficaz y que uno comienza a sentir los resultados de inmediato. Ha sido la única que pudo devolverle la normalidad a mi vida.